Panel abordó los proyectos de ley que buscan normar la relación familia e hijos
La relación entre familia e hijos fue abordada en el foro panel organizado por el Instituto de Estudios para la Familia de la Universidad San Sebastián.
Dar a conocer el papel de los padres en el proyecto de ley sobre educación sexual integral (ESI) y en el proyecto de ley sobre garantías de la niñez fue el tema central que abordó el Foro Panel El derecho de la familia a cuidar y educar a sus hijos, organizado por el Instituto de Estudios para la Familia de la Universidad San Sebastián (USS), la Fundación Familias Mundi, la Asociación Nacional de Padres y Apoderados de Colegios FIDE (ANAPAF) y la Unión Nacional de Centros de Padres de Colegio Católicos de Chile (UNAPAC).
En la oportunidad se trató de informar a las familias sobre las discusiones legislativas en curso en torno a la crianza de los hijos y qué consecuencias podrían tener esas leyes para las relaciones padres e hijos.
La actividad, en la que participaron más de 300 personas de manera remota, estuvo moderada por la decana de la Facultad de Ciencias de la Educación USS, Ana Luz Durán, y contó con la participación de destacados panelistas.
En su motivación introductoria, el director de la Fundación Refugio de Cristo, Padre Enrique Opaso, comentó que “la familia es una institución que hoy está con una interrogación. Los padres hoy están con un problema serio. Desde siempre los educadores han sido los papás, y me extraña muchísimo que personas que están muy alineadas con la ESI no tengan proyectos educativos al servicio de la gente, para qué, si los papás necesitaran apoyo en ello, los buscarían”.
Precisó que “me interesaría que una de las grandes reformas que tenga esta nueva Constitución, es la obligación del Estado de ponerle patines, y no quitárselos a unos, a la educación pública. Mientras tengamos una educación pública de la laya que tenemos, es muy difícil que nosotros podamos hablar de esta gran libertad que queremos. Me gustaría decirles a los papás que no pierdan la libertad en la educación de sus hijos”.
Por su parte, la jefa de Reformas Legales de Subsecretaría de la Niñez, Simona Canepa, puntualizó en su ponencia que “no hay necesariamente una pugna entre la autonomía progresiva de los niños y el derecho de los padres a educarlos. (…) Creemos que los más indicados para proteger a sus hijos son los padres; que la familia tiene un rol fundamental y completamente insustituible en el desarrollo de los niños”.
Destacó que “en la discusión muchas veces se ha visto a la familia como un obstáculo al desarrollo o a la libertad de los niños, sin embargo, esto no es así. La familia es el lugar donde la persona conserva su integridad, donde se forman las virtudes, donde aprende a relacionarse con otros, entre otros tantos aportes valiosos. Así, la mejor forma de proteger a los niños es fortaleciendo su relación con los padres”.
Finalmente, el director del Instituto de Estudios para la Familia USS, Mauricio Echeverría, aseguró que “este proyecto nace no solo ignorando, sino que oponiéndose a la intervención de las familias en la educación sexual. (…) En la práctica, el proyecto impone desde el Estado cómo realizar la educación sexual de los hijos, independientemente de que reconozca el derecho teórico de los padres. Todo lo que se incorpora es que se pueda consultar a los padres para hacer los programas y que se les informe de los contenido y materiales. Nada más. Los padres no tienen derecho a aprobar o vetar los programas, tampoco pueden prohibir que sus hijos participen en actividades de formación sexual que haga el colegio, tampoco pueden autorizar o saber quiénes están haciendo esos talleres”.
Y concluyó: “Hay una necesidad de que las familias puedan ejercer su deber y su derecho de cuidar y educar a sus hijos de mejor forma. Por eso que es muy importante apoyar a las familias, apoyar sobre todo en la prevención y luego acompañarlas en todo el proceso. En el tema de la educación sexual pasa lo mismo. El foco es que la familia sea capaz de entregar correctamente esa educación sexual; y que los colegios u otras instituciones la apoyen. Pero no que la vengan a suplir en vista de que no está haciendo bien su trabajo. (…) Ese es el contexto adecuado, pero los padres de familia no hemos estado a la altura y necesitamos que se nos apoye”.