Más de 1.200 pacientes fueron atendidos en 32 horas de trabajo por 44 estudiantes de quinto año de la carrera de Medicina Veterinaria en conjunto con el Programa de Desarrollo Local (PRODESAL) de Maullín, gracias al Proyecto Colaborativo de Vinculación con el Medio (VcM) Salud animal en la agricultura familiar, desarrollado en la Universidad San Sebastián, sede De la Patagonia.
La iniciativa permitió el manejo sanitario de bovinos, caprinos, ovinos y equinos, a los cuales se les realizaron desparasitaciones orales e inyectables. Al respecto, René Ramírez, académico de Medicina Veterinaria y líder del proyecto, explicó que “trabajamos para abordar las necesidades locales, ya que más del 90% de la población vive en áreas rurales. En esta región, la cobertura veterinaria es limitada, lo que hace crucial que los estudiantes de la Universidad acudan a los territorios, conozcan la realidad local y, especialmente, ayuden a cubrir la escasez de especialistas”.
Junto a las intervenciones en terreno, también crearon material educativo sobre bienestar animal que fue entregado a pequeños productores, que desconocían conceptos clave como los cinco dominios del bienestar animal.
Este trabajo fue desplegado junto a PRODESAL Maullín y al respecto, Nelly Pérez, Doctora del Programa, manifestó que “es muy bueno acercar la academia a la realidad, es una experiencia nueva y que le abre los ojos a muchos estudiantes que no tienen cercanía con lo que significa la agricultura familiar campesina. Fue una gran experiencia ya que todos adquirimos conocimientos nuevos de una u otra manera”.
Brindar a los estudiantes oportunidades de aprendizaje significativo fuera del aula, a través de diversas actividades como las salidas a terreno, contribuye al desarrollo de competencias claves para su carrera. Además, estas actividades fomentan una gran motivación y refuerzan el deseo de seguir aprendiendo. “Estos proyectos fortalecen el vínculo entre la Universidad y las zonas rurales, mejorando el bienestar animal y la calidad de vida de las familias. Participar en el proyecto fue enriquecedor, me permitió conectar con la comunidad y aplicar conocimientos prácticos en Medicina Veterinaria, en un entorno rural con recursos limitados”, indicó la estudiante Carla Cumilef.
Por su parte, su compañera Sofía Bittner, agregó que “este tipo de proyectos son muy beneficiosos, ya que nos preparan para enfrentar la realidad del trabajo en terreno, desde los tratamientos y la atención a los pacientes hasta la comunicación con los agricultores. Es genial poder ayudar a la comunidad, ya que nos permite entender mejor las dificultades que enfrentan algunos agricultores, y si podemos aportar nuestro granito de arena, aún mejor. Además, nos brinda valiosa experiencia y nos ayuda a desenvolvernos con mayor confianza en el terreno”.
“Los estudiantes adquirieron valiosa experiencia práctica, enfrentando los desafíos del trabajo en terreno y comprendiendo las realidades de la agricultura familiar. Además, ha sido muy importante darles herramientas para que comprendan que trabajar en el campo es distinto a la ciudad. Existen lugares donde podemos generar un gran impacto, lo que refuerza su formación y compromiso con la comunidad”, finalizó René Ramírez.