Educación: Análisis del ausentismo escolar en Chile

El ausentismo escolar aumentó de 20% a 39% en los dos últimos años, debido a la pandemia. Decana de la Facultad de Educación, analiza el escenario y advierte consecuencias sociales y de aprendizaje. 

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El cuarto reporte de Monitoreo Escolar en Pandemia, realizado por el Centro de Estudios del Ministerio de Educación, determinó que la cifra de asistencia escolar está por debajo del 70%. Más complejo aún, el registro de inasistencia grave subió de 20% en 2019 a un 39% en los dos últimos años, afectando a más de un millón cien mil niños, niñas y adolescentes.

La decana de la Facultad de Educación de la USS, Ana Luz Durán, asegura que existen múltiples factores que explican por qué un niño no asiste al colegio. “Una causa se relaciona con la baja valoración sobre la importancia de la escuela”. 

Otra factor está dado por “las situaciones de rechazo por parte del alumno, como por ejemplo acoso escolar, donde hay un tema de convivencia de por medio”, indica. Sin embargo, para la decana, la causa más grave de ausentismo, tiene que ver con las diversas barreras sociales que impiden a los niños, niñas y adolescentes asistir. “Cuando, por ejemplo, el colegio les queda lejos o presentan condiciones familiares donde los obligan a trabajar”, asegura.

Múltiples efectos

Dentro de los efectos de una inasistencia reiterada o crónica -que se refiere a los estudiantes que faltan más 20 días al año-, los sistemas de alerta temprana indican que el estudiante está en una situación de posible abandono definitivo. “Si un estudiante falta a clases de manera frecuente, unido a problemas de conductas y desempeño escolar bajo, se constituye un escenario muy posible de deserción”, asegura Durán.

“La Unesco alertó que 3,1 millones de estudiantes no volverían a la escuela y por ello son relevantes los sistemas de alerta temprana, pero para que funcionen tiene que existir un equipo de apoyo detrás”, afirma.

En términos de aprendizaje, el alumno no sólo deja de aprender y adquirir habilidades básicas de comprensión lectora y operaciones de matemáticas, “también dejan de percibir aprendizajes sociales y socioemocionales. Dejan de ser forjadores de una cultura interna y van perdiendo identidad sobre su espacio educativo”, asegura la decana de Educación.

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