Diez patentes, 490 publicaciones en revistas indexadas en la base de datos de Web of Science (WoS); índice H 42; participación en congresos y simposios internacionales más importantes de su disciplina y una notable contribución en la formación de nuevas generaciones, con más de 100 tesistas de pre, postgrado y postdoctorado, son parte de los hitos que destacan en la trayectoria del Dr. Bernabé Rivas Quiroz, quien asumió como vicerrector adjunto de Investigación y Doctorados de la sede Concepción.
Tras una dilatada trayectoria en la U. de Concepción, institución que en 2019 lo reconoció como Profesor Emérito -máxima distinción para un académico-, hoy enfrenta con entusiasmo el desafío de contribuir al desarrollo de la ciencia y la innovación desde la Universidad San Sebastián.
Bioquímico de profesión y doctorado en Ciencias mención Química, realizó dos postdoctorados en Alemania, en la Universidad de Mainz con una beca DAAD (1983-1984), y en la Universidad de Tübingen, con la beca Alexander von Humboldt, (1989 y 1991). En su trayectoria ha aportado en diversas líneas de investigación en torno al polímero, en la búsqueda de nuevos materiales (la copolimerización Vía Zwitterion, polímeros con actividad biológica, polímeros para empaque de alimentos y polímeros extractantes de metales y antibióticos).
“Para mí es un desafío enorme y agradecí mucho cuando me ofrecieron esta posibilidad de poder contribuir al objetivo que se ha planteado la institución de transformarse en una universidad compleja y de excelencia”, sostiene el Dr. Rivas, quien en el año 2021 fue destacado entre el 2% de los científicos más productivos a nivel mundial en su disciplina, en un estudio de la Universidad de Stanford.
El vicerrector adjunto destaca el avance en investigación que ha alcanzado la sede Concepción. “Tiene un potencial en distintas áreas y también debemos fomentar que haya integración, que haya desarrollo multidisciplinar, en todas las sedes”.
Enfatiza que es muy difícil que una institución que transita hacia la excelencia lo pueda hacer de manera aislada, “es necesaria la cooperación a nivel regional, nacional e internacional”.
Valora la ciencia que se realiza en la USS. “En la sede Concepción tenemos diversas líneas de investigación y debemos fomentar que ellas tengan impacto en la formación en el pregrado, postgrado y en la sociedad. Ese es un aspecto súper relevante, la Ley de Educación Superior nos pide que en el centro de todo nuestro quehacer tiene que estar en el estudiante, debe haber una retroalimentación entre la investigación que hacemos y la formación de pre y postgrado. Pero también debemos tener impacto en nuestro entorno, en la sociedad, en el mejoramiento de la calidad de vida de la población”.
Nacido en Temuco, casado con Nidia Sanhueza (dibujante industrial), padre de dos hijos, Rodrigo (neurólogo vascular) y Claudia (profesora de Educación Básica, mención Alemán), y abuelo de cuatro nietos, emigró desde Temuco a Concepción cuando entró a cursar sus estudios universitarios. Luego fue el primer doctor egresado de un programa de la U. de Concepción, institución en que ejerció los cargos de director del Departamento de Polímeros, decano de la Facultad de Ciencias Químicas y vicerrector de Investigación y Desarrollo. Integró comités de CONICYT (hoy ANID), donde presidió el Consejo Superior de Ciencias, además fue miembro el Consejo de Iniciativa Milenio y de la Comisión Nacional de Acreditación, al igual que presidente de la Sociedad Chilena de Química.
Su vasta trayectoria ha sido reconocida con los premios Municipal de Ciencias, el Premio Regional de Ciencia y Tecnología Pascual Binimelis, el Premio al Mérito Mención Ciencias de la U. Andrés Bello y también fue distinguido como presidente honorario de la Federación Latinoamericana de Asociaciones Químicas.
Sobre sus investigaciones, comenta que el objetivo ha sido contribuir a mejorar el medioambiente. “Eso significa el uso de algún tipo de materiales, en el caso nuestro, polímeros que tengan menor impacto en el medio ambiente, pueden ser algunos sintéticos, pero fundamentalmente polímeros naturales o biopolímeros que puedan remover contaminantes inorgánicos como los metaloides, arsénico, algunos metales como mercurio, cadmio, zinc, como también algunos contaminantes orgánicos, fundamentalmente antibióticos”.
-Usted empezó hace muchos años a estudiar los polímeros, ¿fue un precursor?
Precursor no lo sé, pero partí desarrollando investigación sobre el área de polímeros en 1976, realizando mi tesis de pregrado de bioquímico en el Departamento de Polímeros que se había creado el año 74. Es el primero y único departamento de polímeros que hay en el país.
– ¿Qué lo incentiva a continuar enseñando?
Siempre me ha gustado hacer docencia de pre y postgrado, nunca he dejado de enseñar e incluso mientras tuve cargos como decano o vicerrector. Me gusta esa retroalimentación con los estudiantes, poder explicarles lo que uno hace, recibir consultas, además de impactar en la formación. Uno crece con eso y un poco sale del esquema en que está todo el día.
– ¿Siente que de alguna manera ha inspirado carreras científicas?
Me he encontrado con estudiantes que me han dicho que fueron mis alumnos y que están en programas de doctorado, que están haciendo investigación. También me gusta mucho la difusión, he participado en programas de talento, haciendo clases a niños y niñas para motivarlos por la ciencia. He llegado hasta jardines infantiles tratando de motivar. Me he encontrado con jóvenes que me han ‘dicho usted estuvo en mi colegio hablando de ciencias’ y hoy ellos siguen una carrera científica.