Daniela Acuña tiene 42 años. Vive en Paillaco y tiene la abnegada, pero a la vez difícil tarea de cuidar de su padre, quien hace poco más de un año fue diagnosticado con demencia, lo que ha ido progresivamente deteriorando su salud. Daniela cuenta que “esta enfermedad avanza con mucha rapidez. Lo que en personas con Alzheimer aparece a los 8 o 10 años, en Cuerpos de Lewy puede ser en los primeros meses”.
“La vida de un cuidador no es fácil. La rutina es muy intensa: en la mañana me preocupo de que esté la casa a buena temperatura, converso con mi padre, veo lo del almuerzo y sus siestas. Luego de almorzar, hacemos algunos ejercicios físicos y neurocognitivos; veo lo de sus medicamentos, los distribuyo en pastilleros distintos para que no se confunda; tomamos once y luego su cama para que duerma bien. Así todos los días”, narra Daniela Acuña.
Así como ella, en Chile son miles de personas las que deben compatibilizar su tiempo entre esas tareas y su vida familiar particular, lo que puede afectar severamente su calidad de vida y salud física y mental. Es importante considerar que un 72% de las cuidadoras informales corresponden a mujeres que viven en el mismo hogar de la persona mayor dependiente.
En ese escenario nació el Proyecto Colaborativo de Vinculación con el Medio “Aprendiendo a cuidar de ti. Programa para cuidadores de personas con deterioro cognitivo”, que lidera Vanessa Darlas, académica VcM de la Facultad de Medicina y Ciencia, en la sede Valdivia.
Su objetivo, según explica, es “fortalecer los conocimientos relacionados a los cuidados de personas con deterioro cognitivo mayor, por medio de un programa de acompañamiento y asesoría dirigido a los cuidadores y/o familiares a través de sesiones educativas realizadas por estudiantes y académicos de las carreras de Medicina, Psicología Advance, Terapia Ocupacional y Derecho, promoviendo en los estudiantes el compromiso social y habilidades comunicativas que aportan en su perfil de egreso”.
Esta innovadora propuesta –enmarcada en el Programa Territorial Hito Más Personas Mayores Activas– se desarrolla en conjunto con el Centro de Memoria de la comuna de Paillaco, en la región de Los Ríos. Esta institución, especializada en personas con demencia presta un importante apoyo para disminuir tiempos de espera en el diagnóstico e intervención.
Sin embargo, “aún quedan muchos desafíos asociados a los cuidados, considerando que por cada persona que se encuentra en situación de dependencia existe una segunda que debe proveer asistencia en las actividades que la primera no puede realizar. Por eso, es fundamental preocuparnos de su bienestar, calidad de vida y de su formación”, puntualiza Darlas.
Al respeto, Lesly Cifuentes, kinesióloga del Centro de Memoria de Paillaco, afirma que “es muy importante poder abordar esta situación, porque el cuidador es también una persona y necesita de contención en aspectos sociales, familiares y médicos, dado que por estar cuidando a algún familiar se deja estar y, en definitiva, aumenta su nivel de sobrecarga o puede entrar en un cuadro depresivo, entonces se requiere un abordaje integral, que este trabajo colaborativo nos permite otorgar”.
El programa se desarrolla en formato híbrido, es decir, combinando actividades presenciales y online, a fin de facilitar la participación según necesidades y posibilidades. Además, eso permite que los contenidos queden grabados para su posterior consulta. Los talleres presenciales, en tanto, favorecen el conocimiento entre los equipos académicos y los beneficiarios, propiciando el trabajo bidireccional y la construcción de redes de apoyo y confianzas.
Los estudiantes de Medicina y Terapia Ocupacional colaboran en la aplicación de cuestionarios sociodemográficos, escala de sobrecarga de Zarit y cuestionario de conocimientos de demencia. También participarán en talleres enfocados a entregar herramientas de manejo no farmacológico, mientras que los alumnos de Psicología Advance intervienen en el diseño y realización de un taller psicoeducativo grupal. Por su parte, estudiantes de 5° año de Derecho participan en el diseño y realización de sesiones educativas, fomentando la comunicación con lenguaje comprensible para la comunidad.
Para Daniela Acuña, esta intervención “es muy buena, necesaria y empática, al enfocarse también en pequeñas ciudades y comunidades de cuidadores. Es maravilloso que los y las estudiantes puedan vivir experiencias en directo con los usuarios y cuidadores, ya que esto provoca impacto social y abre oportunidades de conocimiento para la comunidad y mejoramiento en los vínculos profesional-cuidador”.
En esa misma línea, Valentina Riquelme, estudiante de 1er año de Medicina, cree que “es bonito entender que el rol del cuidador es un acto de amor, así como también comprender lo complejo de esta tarea. Estas intervenciones les permiten sentirse comprendidos y acompañados. Esto me ha motivado a seguir estudiando e instruyéndome sobre aspectos que serán parte de nuestro quehacer y a ver al paciente como una persona integral, con una familia y una historia”.
Similar opinión tiene su compañera de curso Valentina Hinostroza, quien señala que “ha sido muy gratificante poder escuchar las experiencias de los cuidadores y cómo esto nos permite ampliar nuestra perspectiva con respecto a las diversas situaciones que pasan cada uno de ellos, reforzando la idea que nos transmite la Universidad, de que en un futuro no debemos tratar solo patologías, sino personas que padecen una enfermedad y nuestra labor será mejorar su calidad de vida”.
“Es muy importante que las universidades formen profesionales con competencias en estas áreas. Estamos agradecidos haber articulado este trabajo con la Universidad San Sebastián, porque nos permitirá entregar herramientas que son muy necesarias para los cuidadores”, finaliza Lesly Cifuentes.