Doctor Pablo Coelho: Azar, vocación y experiencias de niñez lo llevaron al mundo de la ciencia

El Dr. Pablo Coelho, investigador de la sede Concepción, habla en esta entrevista sobre su vida, su interés por el mundo científico y sus investigaciones, entre las que destaca la generación de un algoritmo que permite reconocer mieles adulteradas en cuestión de horas.

Pablo Coehlo Caro, PhD. en Ciencias de la Ingeniería, tiene 47 años y es dueño de una dilatada trayectoria en investigación, que hoy potencia desde la sede Concepción de la Universidad San Sebastián. Entre sus principales investigaciones destaca la aplicación de la nanotecnología en la identificación de antibióticos en la leche, la construcción de un sistema plenóptico-infrarrojo y la generación de un algoritmo que permite reconocer mieles adulteradas en cuestión de horas.

Sobre este último proyecto relata “construimos un microscopio que trabaja con algoritmos de visión artificial que permite identificar la composición botánica de la miel en cinco horas, lo que un palinólogo se demora cinco días. Esto último es muy importante, porque podemos saber cómo es el lugar de donde se sacó el polen y saber de qué flores se formó la miel”. La investigación, en alianza con académicos de la Universidad de Concepción, permite aumentar el valor agregado de la miel y mejorar las condiciones laborales de los apicultores.

¿Cómo llegó al mundo de las ciencias?

Por mi abuelo. Él era una persona que trabajaba en sistemas eléctricos y en la casa tenía un taller, visitarlo era una entretención global. En ese tiempo, se dedicaba al desarrollo de los procesos de los sistemas de carga de empresas relacionadas con los molinos de harina. Por eso, la curiosidad que tuve para producir cierto tipo de máquinas ingeniosas viene de él, lo que me permitió crear y diseñar máquinas para empresas de juegos electrónicos antes de salir de cuarto medio.

 ¿Por qué emigró de Santiago a Concepción?

Cuando ingresé a la enseñanza media, mis padres quisieron cambiar de lugar y acercarnos más a la naturaleza, lo que nos llevó a trasladarnos a Quintero, donde estudié en el liceo técnico Don Orione, recibiéndome de técnico electrónico.  En este periodo, se generó en forma natural la necesidad de moverme y conocer por curiosidad el sur de Chile.

 Pasó de la electrónica a la Física. ¿Cómo fue ese cambio?

– Me cambié a Física, porque sentía curiosidad por saber de dónde venían las ecuaciones. Ingresé a estudiar Licenciatura en Ciencias Físicas en la Universidad de Concepción, el cambio fue muy fuerte, sobre todo en la matemática. Si bien, tenía habilidades y sabía programar, era complejo, ya que el nivel de exigencia fue totalmente distinto. A medida que pasaba el tiempo, me acerqué a los laboratorios de investigación para aportar con mis habilidades.

Sus inicios en la investigación

Antes de ingresar de lleno al mundo de la investigación, quiso dedicar tiempo a la docencia como una forma de retribuir sus conocimientos. Con ese objetivo se instaló primero en Chiloé y luego a Puerto Aysén, para hacer clases de Física y Matemáticas a jóvenes estudiantes.

¿Cómo fue su especialización?

Mientras estaba en Aysén se abrió un cargo en la Universidad de Concepción, postulé y gané.  Además, ahí cursé un magíster en Ciencias de la Ingeniería con mención en Ingeniería Eléctrica y, posteriormente, pude acceder a una beca de Conicyt para hacer el doctorado en Ciencias de la Ingeniería con mención en Ingeniería Eléctrica.

¿Qué proyectos destaca?

El trabajo para mi tesis consistió en el análisis y construcción de un sistema plenóptico-infrarrojo. La tecnología infrarroja trabaja en una zona del espectro electromagnético que tiene menor energía que la visible, entonces aparecen otros problemas. Uno de ellos es el ruido de patrón fijo, el cual pareciera que vemos el mundo con unos lentes que están con rayas verticales. La tesis consistió en unir la tecnología plenóptica, la cual permite el reenfoque digital para desenfocar las líneas del ruido de patrón fijo de forma natural. Debido al éxito que tuvo, logramos patentarla y tiene propiedad intelectual tanto Chile como en Estados Unidos y la Unión Europea. El sistema se puede usar en lentes de visión nocturna.

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