Cuando se habla del agua, tenemos muchos ejemplos que nos indican su importancia a lo largo de la historia: elemento vital para el ser humano, la agricultura, la ganadería y en la extracción para usos industriales y/o energéticos. Pero ¿Qué pasa cuando se suman todos los problemas posibles y no llueve en importantes sectores de la economía que dependen del agua? Sucede lo que actualmente está viviendo Uruguay, específicamente Montevideo, donde sólo queda agua potable para pocos días y ni siquiera cuentan con atisbos de próximas lluvias importantes.
Para llegar al por qué de esta compleja situación, debemos entender que, en el contexto sudamericano, en los últimos años hemos observado una baja de precipitaciones, generándose importantes sequías en diferentes países, como en Brasil, Uruguay e inclusive Chile. Sin embargo, esta situación podría mejorar si el fenómeno del Niño entrega más agua que en año anteriores.
Uruguay, siendo un estado pequeño, está siendo afectado por una sequía muy grave, la peor en 80 años, cuyo mayor ejemplo se observa en la situación de la ciudad Montevideo, que, como capital y ciudad más grande del país, se está quedando sin agua, ante la baja de este recurso en el río Santa Lucía, el cual abastece la ciudad y cuyas reservas están en el mínimo.
El agua además de ser un recurso indispensable para el día a día, también es un elemento vital en la economía del país, donde la ganadería entrega millones por la exportación de productos, como la carne, leche y lana. Según los medios de prensa, la sequía ha generado una menor natalidad de animales en medio de este proceso, por lo que saldrá golpeada por este evento climático.
Tales consecuencias demuestran una falta de planificación por parte del Estado, ya que, hace años el cambio climático indicaba que las precipitaciones se irían a la baja en muchos lugares del mundo, y en este caso, no se realizaron obras públicas de mitigación suficientes para acumular agua en períodos críticos, como en la construcción de más embalses, por ejemplo, sino que se dejó pasar la oportunidad hasta que el problema se volvió insostenible; donde ya no se puede trabajar contra el tiempo, porque la población ya está viendo las consecuencias reales de la falta de organización ante una catástrofe natural de esas características. Por lo que, cualquier obra o acción que implementen hoy, demorará años en solucionarse.
En síntesis, el caso de Uruguay es el claro ejemplo de lo que no se debe hacer en materia hídrica, dejando una importante lección de que estos problemas son urgentes, y que el trabajo anticipado puede evitar deterioros en la vida de las personas y en la economía de un país. Por nuestra parte, Chile cuenta con reservas muy importantes de agua en su territorio, tanto líquidas como sólidas, por lo que es un tema estratégico y geopolítico su mantención y protección, pensando en el futuro de sus habitantes.
Académica del Instituto de Historia