La crisis climática exacerbó las olas de calor extremo, lo que afecta gravemente la calidad de vida en las ciudades. Las altas temperaturas no sólo representan un desafío para la salud pública, también impactan la infraestructura urbana, el consumo energético y los recursos hídricos. ¿Cómo enfrentar este reto? Para la Universidad San Sebastián es clave encontrar soluciones innovadoras y tecnológicas que fortalezcan la resiliencia urbana y mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.
Para ser parte de esta búsqueda la Dirección de Vinculación con el Medio de la sede Santiago USS lideró el evento Innovación Abierta-Desafío Calor Extremo. La actividad fue parte de la Smart City Expo Santiago, congreso internacional y feria de exhibición de soluciones para ciudades inteligentes. El evento se desarrolló en el Centro Cultural Estación Mapocho y contó con el apoyo del Gobierno de Santiago y del Consejo Regional Metropolitano.
Después de un exitoso proceso de inscripción online, a través de su nueva Plataforma de Innovación Abierta, seis grupos finalistas fueron convocados a la Estación Mapocho. En una jornada de seis horas de trabajo recibieron distintas herramientas y asesorías por parte del equipo de académicos de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño USS, quienes los guiaron en el desarrollo de sus propuestas.
“El cambio climático constituye uno de los mayores desafíos del siglo XXI. En Chile, se espera un aumento de entre 1.5°C y 2°C en las temperaturas medias para 2050. El Desafío Calor Extremo fue una excelente instancia para escuchar las ideas de jóvenes que enfrentan a diario esta problemática. En la Región Metropolitana, con más de siete millones de habitantes, esto se agudiza por la alta densidad poblacional, la contaminación y la escasez de espacios verdes”, explicó Pablo Galvez, académico de la Escuela de Ingeniería de la USS.
Tras la jornada de trabajo y exposiciones finales frente al jurado compuesto por representantes del CORE y académicos de la USS, la idea ganadora fue Eco Corredor, desarrollada por Carolina Cea, Miadora Sovino, Roberto Riveros y Fiapo Chacón. Esta abordó el desafío de regular la temperatura en corredores o cités, espacios cerrados por donde circulan muchas personas y que, pese a su corta extensión, concentran mucho calor.
El grupo propuso la implementación de zonas con vegetación nativa en estos lugares, acción que contribuye en la mitigación del calor. Para su mantención plantearon el uso de aguas grises, es decir, el agua residual que proviene, por ejemplo, de las duchas, lavaplatos, lavaderos, entre otras.
“Fue interesante que nuestro grupo lo integraran personas de distintas áreas, nos conocimos durante la actividad y logramos integrar distintas visiones, lo que nos llevó a presentar una propuesta orientada a mantener el equilibrio hídrico y a no utilizar más agua de la necesaria”, explicó Midora Sovino, estudiante de Arte de la Academia de Humanismo Cristiano.