Un disco de vinilo, un cartucho de 8 track, una cinta de reel o cualquier otro dispositivo que permita reproducir o grabar sonido no solo representa un objeto de culto o colección para Claudio Athens. También es un viaje a la historia que le permite generar aprendizaje en clases e innovar en la enseñanza de la pedagogía en la USS.
Con la música siempre presente en su infancia, el actual secretario de estudios de la carrera de Pedagogía de Educación Media en Historia y Geografía de la Facultad de Educación de la USS, cuenta con una colección de más de 20 aparatos de sonido como tocacintas, vitrolas y tocadiscos, y cerca de cuatro mil vinilos y casetes del más amplio espectro musical, que van desde The Carpenters, Tears for Fears, Frank Sinatra, Donna Summer, David Bowie, Tina Turner, Michael Jackson, Elvis Presley y The Beatles, pasando por bandas sonoras de películas como Star Wars y Fiebre de Sábado por la Noche, entre otros.
“El cultivo de la música ayuda a las relaciones sociales, a expandir el capital cultural y enriquecerlo. Y lo más interesante es que desarrolla habilidades como la empatía, el respeto al otro. Cuando le das espacio a una música para ser reproducida, estás haciendo ese ejercicio”, asegura el docente.
Athens atribuye el gran éxito que tienen estas colecciones para los amantes de la música a la nostalgia: “el vinilo tiene una mística distinta al streaming. También lo diferencia un sentido estético: uno puede tener en su dispositivo digital una playlist, pero no tiene el sentido físico del objeto como la carátula, el arte y la letra”, asegura sobre esta tendencia que en Chile y el mundo que está sumando cada día más adeptos.
Además de utilizarla como pasatiempo y relajo, el docente usa las melodías, las letras (y la materialidad de los formatos) para entender cómo se construye la historia en uno de los contenidos de la asignatura de Didáctica de la Historia, perteneciente al 4to año de la carrera.
“Tenemos espacios de reflexión sobre, por ejemplo, qué visión se llevarían los arqueólogos cuando revisen nuestros registros musicales actuales. Y a la conclusión que llegamos es que la música (hoy) es un bien de consumo; uno lo interpreta de acuerdo a lo que está oyendo. Por eso es que no podemos hablar de músicas malas o buenas, antes debemos decodificarla”. Y finaliza: “como bien dice el dicho, “sobre gustos no hay nada escrito”.