La Inteligencia Artificial (IA) ha surgido como una tecnología transformadora, con el potencial de cambiar la forma en que vivimos y trabajamos. En el ámbito de la medicina, por ejemplo, la IA puede acelerar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, lo que puede salvar vidas. En la industria, la IA puede mejorar la eficiencia y la productividad, así como impulsar la innovación en áreas como la automatización de procesos, el análisis de datos y la optimización de la cadena de suministro.
En ese sentido, el ingeniero civil Ricardo Cortés, director del Diplomado en Metaverso de la Universidad San Sebastián, explica las ventajas que conlleva el rápido avance de la IA para el mundo laboral: “Básicamente, se trata de máquinas que pueden imitar comportamientos humanos en base a modelos y algoritmos que se van alimentando de toda la información disponible”.
Lo cierto es que la tecnología avanza a pasos de gigante. Ya podemos ver cómo el famoso Test de Turing, en que el cerebro de la máquina es indistinguible al del ser humano, es ya una realidad. “La IA es capaz de generar imágenes tan realistas como una fotografía, humanos digitales que presentan las noticias, o incluso es capaz de duplicar la propia voz de una persona”, señala.
La inteligencia artificial está cambiando rápidamente el mundo del trabajo, y la automatización masiva de empleos es uno de los riesgos que conlleva. Esto podría tener un impacto significativo en la fuerza laboral y requerir una reestructuración económica y social. “Con el avance del desarrollo científico y tecnológico, van quedando obsoletas algunas tareas”, dice Cortés.
Sin embargo, “también van naciendo nuevas profesiones y oficios. Un ejemplo cercano es todo lo relacionado con el Marketing Digital, que generó nuevos roles y especialistas, como los Community Manager”, señala, e indica que en el corto y mediano plazo, se necesitará de profesionales que sean capaces de procesar y programar todos los cambios de la transformación digital.
Se espera que la IA cree nuevos empleos en áreas como la ingeniería de datos, el desarrollo de algoritmos de IA, la ética y gobernanza de la IA, y la ciberseguridad. También se espera que la IA aumente la productividad y eficiencia en industrias como la manufactura, logística y la atención al cliente.
Algunos empleos rutinarios y repetitivos corren el riesgo de ser reemplazados por la automatización, como trabajos en la línea de ensamblaje, la atención básica al cliente y algunas tareas administrativas. Por lo tanto, es crucial que los trabajadores adquieran herramientas relevantes en el campo de la IA, como habilidades de programación, análisis de datos, pensamiento crítico y habilidades sociales, para adaptarse al cambio en el panorama laboral impulsado por la IA.
“Estamos en el inicio de una nueva etapa de la era digital, la que nos entregará grandes y nuevos espacios para innovar y generar valor, pero de igual forma nos desafiará, por lo que hay una invitación a la actualización y reinvención personal permanente, que nos permitirá insertarnos en el futuro”, dice Cortés.