La ciencia es una actividad necesariamente colectiva, desarrollada entre muchas personas que alrededor del mundo contribuyen a responder las preguntas que hacen avanzar sus áreas de estudio. Comunicarse, compartir conocimientos y colaborar en redes de trabajo sólidas, que unen instituciones, países y culturas, es clave para ser parte de estos avances.
La Dra. Viviana Cavieres y la Dra. María Paz Hernández son jóvenes investigadoras que inician sus carreras científicas en la Universidad, desarrollando proyectos postdoctorales -o sea, que profundizan en la línea de estudio de la tesis de doctorado- en los laboratorios de la Dra. Patricia Burgos y la Dra. Eugenia Morselli, respectivamente. Ambas vivieron recientemente una notable oportunidad de expandir redes y enriquecer su formación realizando pasantías en el Instituto Nacional de Salud (NIH) en Estados Unidos, uno de los principales centros de investigación biomédica en el mundo.
Mientras Viviana Cavieres estudia el rol de ciertas proteínas dentro de la célula en la resistencia a la quimioterapia en cáncer de mama, apuntando a identificar nuevos blancos para el desarrollo de terapias, María Paz Hernández investiga cómo las dietas altas en grasas saturadas afectan la función de las neuronas en el hipotálamo, contribuyendo al desarrollo de obesidad y diabetes mellitus tipo 2.
Durante su pasantía, las investigadoras se integraron a un entorno de aprendizaje intensivo en el laboratorio del Dr. Juan Bonifacino, un referente en la biología celular actual, con el principal objetivo de perfeccionarse en la técnica de microscopia óptica electrónica correlativa; es decir, que combina la microscopía de fluorescencia con microscopía electrónica de alta resolución en la observación de una misma muestra. Un método de vanguardia que en Chile está muy poco desarrollado.
“Esta experiencia, enriquecida por el apoyo y la guía del Dr. Bonifacino y su equipo, no solo mejoró mis habilidades técnicas, también fortaleció mi integridad científica y personal. El acceso a tecnologías de punta difíciles de encontrar en Chile, la experticia y el ambiente colaborativo del laboratorio fueron fundamentales en este proceso”, destaca María Paz Hernández. Con una percepción muy similar, Viviana Cavieres califica la experiencia como extraordinaria. “Tener la oportunidad de llevar a cabo parte de nuestras investigaciones en esta institución de tan alto prestigio me permitió enriquecer enormemente mis conocimientos y habilidades científicas”, señala.
Pero la elección de este laboratorio y la tutela del Dr. Bonifacino no fue casual, ya que previamente ha colaborado estrechamente con académicos de la USS como la Dra. Patricia Burgos, quien trabajó con él durante cinco años como investigadora postdoctoral. “Poder entregar la oportunidad a investigadoras jóvenes de tener experiencias internacionales, y además en espacios donde yo también me formé, es muy especial y gratificante“, comenta la académica. “Mantener los lazos con colaboradores internacionales, y que hoy se sumen a recibir personas para potenciar estas colaboraciones, sobre todo en la mentoría de jóvenes investigadoras junto a líderes mundiales en el área de la biología celular y de la microscopía, es algo sumamente positivo y marca el camino de la continuidad, del recambio generacional en la Universidad”.
En ese sentido, la Dra. Burgos enfatiza la importancia de construir puentes para los investigadores jóvenes, abriendo la mayor cantidad de puertas posibles para buscar colaboraciones y estimular un desarrollo científico enriquecido por experiencias internacionales. “Tener esa experiencia es fundamental para la construcción de cualquier científico que se desarrolla de manera independiente”, afirma. “El no tenerla es una desventaja; más allá del aprendizaje puntual, tiene que ver con poder ser partícipe de la convivencia con personas de distintos países, que da un prisma diferente”.
“Estoy profundamente agradecida por esta oportunidad de aprender nuevas técnicas, establecer conexiones con destacados profesionales y sumergirme en un entorno de colaboración; todo ha sido fundamental para mi desarrollo académico y profesional”, comenta finalmente la Dra. Cavieres. “Sin duda, esta experiencia ha dejado una huella en mi carrera científica y me motiva a seguir contribuyendo al avance de la ciencia en Chile”.
La Dra. Hernández destaca asimismo la “visión global de la investigación” que le ofreció esta experiencia, así como “la interacción con investigadores internacionales y la guía de líderes en biología celular”. Y concluye: “Estoy eternamente agradecida por esta oportunidad y comprometida a llevar adelante los aprendizajes y la visión adquiridos para contribuir al desarrollo de una ciencia de impacto y relevancia global desde nuestro país”.
Experiencias como éstas muestran lo determinante que puede ser la movilidad académica y tener buenos mentores en la carrera de jóvenes investigadores e investigadoras, resaltando de fondo el valor intrínseco de la colaboración para lograr mover, en conjunto, la frontera de lo que sabemos.