La gran mayoría de los chilenos no sabemos en realidad qué se conmemora. Suponemos que es el recordatorio de la Independencia, hecho que ocurrió el 12 de febrero de 1818. Pero ¿por qué lo celebramos en esta fecha?
El académico del Instituto de Historia de la Universidad San Sebastián, Cristián Medina, explica que el 18 de septiembre evoca la conformación de una Junta de Gobierno en Chile el año 1810, “juntas que, por lo demás, fueron comunes en toda América Latina por esos años como resultado del cautiverio de Fernando VII, Rey de España”.
Así, se produjo la necesidad de una forma de gobierno provisoria que seguía mostrando lealtad al rey, “por lo que el movimiento de 1810 no era no separatista ni mucho menos independentista; no obstante, se promovieron algunas reformas políticas y económicas las que gradualmente condujeron a la ruptura con España. Se recuerda, entonces, el inicio del proceso de independencia de la Corona española y la formación de Chile como un Estado nación”.
Como la independencia de Chile fue jurada oficialmente un 12 de febrero de 1818, “el Acta de Independencia habría sido elaborada y firmada en Concepción, sobre un tambor en las alturas de Los Morrillos de Perales, lugar donde estaban situadas las avanzadas del ejército patriota y desde los cuales se dominaba uno de los accesos de Talcahuano”, relata Cristián Medina, y posteriormente confirmada con la Batalla de Maipú el 5 de abril del mismo año cuando el Ejército Libertador logra aplastar a los realistas; se pensaría que una de estas dos fechas debería ser usada para la conmemoración de tan importante hecho.
De acuerdo al portal Memoria Chilena, en un principio se realizaban conmemoraciones mediante fiestas cívicas en tres fechas: 18 de septiembre, 12 de febrero y 5 de abril, las que recordaban los distintos hitos del proceso de Independencia.
El historiador menciona que el exceso de festejos fue regulado de manera natural considerando que el 12 de febrero en ocasiones coincidía con el inicio de la Cuaresma, por lo que no se alineaba con el ambiente festivo de las celebraciones; y el 5 de abril se topaba con Semana Santa, por lo que los festejos se postergaban hasta fines de ese mes.
Cristián Medina analiza que la Primera Junta de Gobierno, inicia el largo camino hacia la Independencia nacional concretada ocho años después. “Es un hito, dado que abre espacio para que en los ámbitos políticos oficiales se dé curso al flujo de ideas que concluirán con la Independencia nacional”.
El historiador reflexiona en que el hito también marca el ingreso a la fase de la “Patria Vieja”, donde se creó el primer escudo y el primer pabellón patrio”.
De esta manera, en 1821 durante el gobierno de Bernardo O’Higgins, por medio de un decreto se estableció que la Independencia de Chile se conmemoraría los días 11, 12 y 13 de febrero. Más tarde, en 1824, bajo el gobierno de Ramón Freire, se decretó que solo serían días festivos nacionales el 12 de febrero y el 18 de septiembre. Y durante el mandato del presidente José Joaquín Prieto, que fue en dos periodos de 1831 a 1841, se reunieron todas las festividades nacionales en un solo día, el 18 de septiembre.
Medina detalla que “no existe un registro oficial de algún decreto, pero desde el Presidente Prieto (1831), el 18 de septiembre era también la fecha del cambio de mando, tradición que llegó hasta 1915”. Y finalmente la Ley N° 2977, del 1 de febrero de 1915, consolidó el calendario y definió el 18 de septiembre como “Conmemoración de la Independencia Nacional” y el día 19 como “Celebración de todas las Glorias del Ejército”.