Columna: Valparaíso patrimonial no se puede gestionar desde los problemas

Valparaíso cumplió 20 años desde que la Unesco lo reconociera como Patrimonio de la Humanidad. Hoy, el temor es perder tal condición y no recuperar a tiempo los espacios que permitieron tal logro. Académico USS, lo analiza en su columna. 

Con el cumplimiento de los 20 años de la inscripción de la ciudad puerto de Valparaíso en la lista de Sitio Patrimonio Mundial de la Unesco, se han escuchado voces que invitan a reconocer las tareas, revisar los aprendizajes y a proyectar el futuro.

Lo esencial es que se está avanzando: ya existe la Corporación Municipal para administrar el Sitio Patrimonio en la ciudad de Valparaíso, que busca definir un Plan Maestro y la construcción de una identidad clara, siempre con la participación ciudadana, tanto local como desde las experiencias precedentes. La nueva gobernanza busca tutelar el valor excepcional del sitio mediante una agenda de desarrollo concreta, que apele por el bienestar de las personas que habitan, trabajan y visitan el lugar.

La Corporación cuenta con un directorio integrado por diferentes actores, como la academia, el gobierno regional, la Cámara de Comercio Regional y las juntas de vecinos activas dentro del polígono Unesco.

La agenda de la Corporación, en una primera etapa, tiene tres grandes líneas de trabajo: la regeneración urbana integral, la armonización de la normativa del sitio y la tutela de los procesos de proyectos detonantes que impliquen una sincera participación ciudadana.

Como cualquier bien patrimonial, la participación se define como un principio activo que refleja lo que como sociedad estamos construyendo. La obsolescencia económica y social del sitio, que se ventila a los cuatro vientos, no es más que el canto de sirena de aquello que se pretende recuperar del patrimonio a punta de esfuerzos normativos que, sin la fuerza y potencia de la gestión ciudadana, no tendrían un mejor destino.

La estrategia de regeneración urbana integral busca contener a las personas en el lugar, promover la equidad en los usos del espacio público y la accesibilidad de habitar el centro histórico. La percepción de los ciudadanos y la identificación social con este lugar se deberá construir con hechos y no con palabras, y los resultados serán parte de la temporalidad.

La gestión se realiza desde las propuestas.

Carlos Maillet
Director Licenciatura en Arte y Conservación del Patrimonio
Universidad San Sebastián

 

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