Videojuegos podrían mejorar calidad de vida de personas con artrosis

Los exergames pueden mejorar las funciones cognitivas y físicas, potenciando la neuroplasticidad de los pacientes. Un grupo de investigadores de distintas instituciones de Educación Superior, donde participa la U. San Sebastián, utilizan el “Nintendo Switch” para tratar a personas con artrosis.

Ayudar a Mario Bros a combatir a Bowser, su archienemigo en los videojuegos puede ser además de un desafío y entretenido panorama, una herramienta terapéutica. Pacientes del centro de salud familiar Lorenzo Arenas de Concepción, utilizan la consola de Nintendo como terapia para tratar la artrosis a través de exergames o videojuegos de ejercicio interactivos.

La artrosis es una enfermedad que consiste en el desgaste de las articulaciones que provocan dolor, inflamación, rigidez y pérdida de funciones. Son cerca de 360 en todo nuestro cuerpo, pero las más fáciles de distinguir son las de los dedos de las manos y de los pies, rodilla y cadera, por nombrar algunas.

Actualmente, el tratamiento de esta enfermedad incluye: Ejercicios, medicamentos que ayudan a aliviar el dolor y, cuando es muy grave, la intervención quirúrgica. Es por ello, que investigadores de tres universidades -donde participa la U. San Sebastián-, estudian la incorporación de los videojuegos como una herramienta terapéutica. Pacientes mayores de 60 años, con el diagnóstico de artrosis de rodilla y/o cadera, que se atienden en el Centro de Salud Familiar Lorenzo Arenas, de Concepción, participan de esta experiencia. 

¿En qué consiste la terapia?

“Los pacientes ejecutan distintos tipos de ejercicios, previamente programados, según los objetivos que han determinado los terapeutas. Y gracias a sensores de movimiento, que permiten la interacción entre el usuario y la consola, las personas reciben un estímulo visual y auditivo a la vez. Los exergames pueden mejorar las funciones cognitivas y físicas de las personas mayores, potenciando la neuroplasticidad”, explica el doctor Cristhian Mendoza, académico y docente investigador del laboratorio de Neurobiología de la USS, quien participa de esta experiencia.

Los propios terapeutas del programa han advertido mejorías. Esteban Lagos, asesor de discapacidad y encargado de Programa Rehabilitación Basada en Comunidad (RBC) del centro de salud, precisa que, como equipo, han percibido un impacto positivo. “Lo vemos tanto en los resultados de las intervenciones como en la adherencia de los usuarios y usuarias. Por ello, estandarizar y protocolizar bajo evidencia científica es de suma importancia, para mantener los estándares de calidad en la atención, que es lo que busca este proyecto”, expresa.

“Estas estrategias vienen a complementar la terapia convencional, y siempre teniendo en cuenta el contexto de nuestra población usuaria, ya que el sector de Lorenzo Arenas se caracteriza por un gran número de personas mayores”, agrega.

Proyecto de investigación

En el proyecto -que se adjudicó financiamiento en el XIX Concurso Nacional de Fondos de Investigación y Desarrollo en Salud (FONIS)-, participan los doctores Francisco Guede, de la U. Andrés Bello, y Cristhian Mendoza, investigador de la U. San Sebastián y director alterno, además de Cristian Álvarez (UNAB), Claudio Carvajal (USS) y Jorge Fuentes, de la U. Católica del Maule.

“En enero de este año realizamos la solicitud correspondiente al Comité de Ética del Servicio de Salud Concepción, y ya nos encontramos ejecutando el proyecto, gracias a los recursos FONIS”, comenta el doctor Cristhian Mendoza.

“Los beneficiarios del proyecto fueron divididos en dos grupos, uno de control y otro, experimental. El grupo control realiza terapia convencional, según los protocolos existentes, mientras que el grupo experimental es el que efectúa ejercicios guiados por videojuegos, adjunto a la terapia convencional”, agrega Mendoza.

Uno de los pacientes del grupo experimental, quien padece artrosis de cadera y rodilla, cuenta que “me he sentido maravillosamente bien. Vengo con entusiasmo, motivación, estoy feliz”, dice. “No me he sentido mal haciendo los ejercicios, porque los profesionales del equipo de (RBC) me dicen cómo hacerlos. El cambio, con el poco tiempo que llevo entrenando, ha sido notorio… esta mañana no necesité tanta ayuda para ponerme los calcetines”, afirma.

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