Las disparidades generan un desequilibrio territorial y sus implicancias, lo que invita a re-pensar estrategias para articular lo local de forma integrada, considerando antecedentes socio-económicos, vocaciones productivas, capacidades de acogida, sistemas de gobernanza y toda clase de potencialidades; que propicien la puesta en valor de las tradiciones de sus habitantes, el funcionamiento y protección de ecosistemas singulares y/o amenazados, y el fortalecimiento de las actividades económicas a nivel local y regional.